Este
tema nos acerca al mundo de comportamiento y trastornos conductuales,
centrándose en los trastornos afectivos, aproximándonos al concepto,
clasificación, características, factores del comportamiento, y por último, a
las estrategias de prevención desde la escuela.
En
cuanto al comportamiento decir que se puede estudiar desde dos perspectivas
antagónicas que intentan explicar el porqué de las conductas, estas son: la
perspectiva personalista que se centra en el individuo, ya que analiza el
comportamiento humano considerándolo como características individuales. En
cambio la perspectiva situacioncita se centra más en el contexto, ya que
considera que el comportamiento es el producto de las asociaciones que se
establecen entre las respuestas del sujeto y las contingencias del ambiente.
Para
que un comportamiento sea definido como problemático debemos atender a una
serie de criterios que así lo definen.
Son conductas que en sí no son patológicas (no
tienen funcionalidad), pero si llegan a ser problemáticas por su exceso,
desfase y defecto.
En comparación con una norma de edad, ya que hay
determinados comportamientos que en algunas edades es normal.
Para valorar un comportamiento es importante
analizar también las características del medio educativo, social y cultural,
donde se desenvuelva el individuo. También es relevante tener en cuenta que hay
determinadas culturas o contextos en los que sí aceptan determinados
comportamientos, y en otros no.
El comportamiento ha de ser estable, es decir,
que se repita en el tiempo de forma rutinaria.
La manifestación de la conducta que afecte a la
relación del individuo con su contexto donde se desenvuelve, así como que
afecte a su propio desarrollo social, escolar y afectivo.
Según
la DSM-IV, 2002, realiza una clasificación de los trastornos de inicio en la
infancia, la niñez o la adolescencia, de los cuales nos vamos a centrar en los
Trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador. Estos
trastornos están clasificados en cuatro subniveles, Trastornos por déficit de
Atención con Hiperactividad, Trastorno Disocial, Trastorno Negativista
Desafiante, y Trastorno por comportamiento perturbador no especificado.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
Este
trastorno es muy conocido a nivel contextual y cultural, además resulta muy
curioso saber que aunque su sistema principal sea la deficiencia atencional y
no la hiperactividad, siempre hemos creído que se caracteriza este trastorno
por la hiperactividad mostrada. El déficit atencional se define como la
incapacidad persistente para el control voluntario de la atención, es decir, no
es capaz de concentrarse en una tarea o acción concreta por lo que se dispersa
constantemente. Este déficit actúa como buen criterio para diagnosticar este
trastorno.
Otro
aspecto que caracteriza este trastorno es la excesiva actividad motriz la cual
desarrolla sin intencionalidad concreta. Esto es lo que se conoce como
hiperactividad, ya que se muestra como el síntoma más llamativo.
Y
por último, con respecto a las características principales sobre este
trastorno, decir que otra peculiaridad es la impulsividad, es decir, déficit en
el autocontrol voluntario, que no les hace pensar en las consecuencias que
puede tener ese comportamiento.
Los
síntomas que podríamos definir como secundarios son: baja autoestima, baja
tolerancia a la frustración, inestabilidad emocional, temperamento irascible,
fracaso escolar, negativismo desafiante, trastornos de conducta, enuresis
(incapacidad para controlar la orina) o encopresis funcional (incapacidad para
controlar las defecaciones).
Trastornos por conductas perturbadoras
Estos
trastornos constituyen alteraciones comportamentales en cuanto al choque entre
el individuo y su entorno social, en los que se dan dos circunstancias, por un
lado el individuo presenta un déficit en la adquisición de ciertos
comportamientos que son necesarios para llevar a cabo una buena interacción
personal en su contexto y edad, es decir, no aprende las normas sociales. Por
otro lado, presenta pautas de comportamiento sistemáticas de violación de
algunas normas regulables del intercambio social. Además existen distintos
grados que van desde conductas disruptivas hasta las asociales, que tienen la
posibilidad de presentarse bajo personalidad psicopática, donde la
característica fundamental es la carencia total de empatía.
Una
característica fundamental de estos trastornos es el negativismo desafiante, es
decir niega cualquier aceptación de una norma, mostrando como síntomas, el
propio negativismo, actuación ante la norma con hostilidad, y desafió ante las
personas que le marcan la norma. Eso sí estos síntomas se llevan a cabo sin
violaciones de los derechos de otros. En este caso es muy importante tener en
cuenta el criterio evolutivo en la definición de las alteraciones
comportamentales. Los síntomas asociados al negativismo desafiante son la
frecuente irascibilidad, discusiones y regaños frecuentes, reacciones airadas,
resentimiento hacia los demás, desafío activo de las normas que regulan la
convivencia, tendencia a molestar a los demás de manera consciente y
provocativa, y el rechazo a la propia responsabilidad.
Según
el DSM-IV, los criterios para el diagnostico de un negativismo desafiante, son:
- Patrón de comportamiento durante al menos 6 meses, presentando al menos cuatro o más de los siguientes comportamientos: cólera, discusión con adultos, desafío o rechazo a las peticiones o reglas de los adultos, conductas molestas hacia los demás, acusaciones o reproches a los demás de sus propios errores, muy susceptible, rencoroso y vengativo.
- Deterioro significativo en la actividad social y académica.
- Los trastornos no aparecen como consecuencia de un estado psicótico ni de un estado de ánimo.
- No se cumplen los criterios del trastorno disocial
Otra
característica de los trastornos por conductas perturbadoras es la conducta
disocial, en el que sí se violan los derechos básicos de los demás y las normas
sociales. Su gravedad en las relaciones sociales y en el desarrollo del sujeto
es mucho mayor que en el caso del negativismo desafiante. Ejemplo: muchos más
casos de bullying vienen dado por niños que no están diagnosticados pero que
tienen trastorno por conducta disocial.
Algunas
de las características de la conducta disocial, es que el sujeto provoca el
conflicto e inicia la agresión contra su oponente, muestra crueldad física y
psicológica, con personas y animales, destruye las propiedades de los demás a
menudo, frecuentemente se ve implicado en actos delictivos, actúa con violencia
física. Además en edades más tempranas y trastornos leves son frecuentes la
cleptomanía, las mentiras y trampas en juegos, la conflictividad en la escuela,
los “novillos” y las escapadas del hogar. Esta conducta disocial puede adoptar
dos formas: agresivo solitario, y grupal.
Este trastorno de conducta disocial posee unos criterios definidos por el DSM-IV, conforma un patrón de comportamiento en el que se violan los derechos de otras personas o normas sociales, manifestándose por la presencia de 3 de los criterios durante los últimos 12 meses y por lo menos de un criterio durante los últimos 6 meses:
- Agresión a personas y animales
- Destrucción de la propiedad
- Fraudulencia o robo
- Violaciones graves de normas
FACTORES DEL COMPORTAMIENTO
Exisiten 3 enfoques posibles:
- Enfoque conductual.
- Enfoque comunicativo
- Enfoques psicosociales
El enfoque comunicativo se refiere a la
comunicación que está inmersa en la conducta, es decir, a la forma en la que
los demás la perciben.
· Y por último, en los enfoques psicosociales
encontramos que una conducta puede tener dos tipos de variables, las variables
personológicas, es decir las características del individuo, dependientes de su
historia previa en diversos sistemas sociales, y las variables del ambiente o
contexto social.
Los
factores personales son aquellos relacionados con 3 componentes básicos del
comportamiento, cognitivo, afectivo, y conductual. Los factores situacionales,
el comportamiento relacionado con la socialización en el hogar, en la escuela,
con los iguales, y en el medio comunitario, influyendo en dicha socialización
diversos factores como modelos de aprendizaje evidenciados por el conductismo,
el aprendizaje de roles realizado durante la socialización, y las evaluaciones
que recibimos de los demás.
ESTRATEGIAS
DE PREVENCIÓN DESDE LA ESCUELA
Existen
distintos tipo de prevención, las primarias, y las secundarias. En cuanto a las
primarias, a nivel de centro podemos emplear estrategias en dos ámbitos.
En el proyecto educativo. Perspectiva
multicultural en la adquisición de habilidades sociales y estrategias para
tratar los conflictos; disponer tiempos para el diálogo, la comunicación y el
debate, y para el desarrollo de los contenidos transversales , al mismo tiempo
impulsar el respeto a la disciplina y a las normas de limpieza, trato, etc.
En el currículo. Planteamiento flexible haciéndolo significativo e interesante para los alumnos, poniendo el acento en los contenidos actitudinales.
En el ROF, la participación del alumnado.
En la comisión de convivencia, se debe actuar sobre los factores de riesgo de los comportamientos.
En el consejo escolar. Realizar una valoración de la convivencia en el centro.
En el claustro, los equipos docentes deben poner en común la información de cada aula, coordinar los contenidos, metodología, gestión del aula, y criterios de evaluación y promoción.
En el equipo directivo, estimular y garantizar las normas de convivencia.
En el currículo. Planteamiento flexible haciéndolo significativo e interesante para los alumnos, poniendo el acento en los contenidos actitudinales.
En el ROF, la participación del alumnado.
En la comisión de convivencia, se debe actuar sobre los factores de riesgo de los comportamientos.
En el consejo escolar. Realizar una valoración de la convivencia en el centro.
En el claustro, los equipos docentes deben poner en común la información de cada aula, coordinar los contenidos, metodología, gestión del aula, y criterios de evaluación y promoción.
En el equipo directivo, estimular y garantizar las normas de convivencia.
A
nivel de aula, se disponen otras estrategias en cuanto a la organización del
grupo-clase, el profesorado, y la acción tutorial. Y a nivel de alumnos y
familias, con respecto a las familias, informarlas de las normas de convivencia cuando se incorporan al
centro, implicarlas en la elaboración de las mismas y potenciar las escuelas de
padres. Y por otro lado, respecto a los alumnos, ampliar su protagonismo en las
normas de convivencia, plantear el aprendizaje de habilidades sociales,
detectar sus dificultades de aprendizajes, potenciar sus asociaciones
juveniles, etc.
Las
estrategias secundarias, engloba varias técnicas como las técnicas para
instauración de conductas que implica el reforzamiento diferencial de tasas
bajas de conductas, el reforzamiento diferencial de tasas altas de conductas.
Las técnicas para la intensificación o mantenimiento de la conducta, que hace
referencia al reforzamiento intermitente, y a otras técnicas como el refuerzo
simultáneo en diversos ambientes. Las técnicas para la reducción de conductas,
como la extinción, castigo, y sobrecorrección. Las técnicas de amplio rango de
aplicación, como sistemas de economías de fichas, contratos de conducta, y
condicionamiento encubierto.
Y por último, la instrucción
cognitivo-conductual de Donald Meichanbaum, que se encuentra basado en el
desarrollo de autoinstrucción para la dirección voluntaria del propio
conocimiento: Ejemplificación cognitiva, Guía externa manifiesta, Autoguía
manifiesta, Guía manifiesta desvanecida, y Autoinstrucción encubierta.
CONSEJOS A LOS DOCENTES
Lo
primero es asegurarse de que se trata de un caso de TDAH. El docente debe
animar y motivar al niño con TDAH a conseguir sus metas, adaptándonos a las
características de cada uno, desde su forma de ver el mundo y no la del adulto.
Debe
tener en cuenta el diagnóstico del niño para saber en que aspectos poner más
énfasis
A la hora de
dar la clase es preciso sentar al niño con TDAH cerca del docente, de la
pizarra, y alejado de la ventana o la puerta. Sería conveniente el trabajo por parejas,
con niños más tranquilos. Debe mantenerse tranquilo y actuar en igualdad con
todos, fomentando la participación activa de los pequeños, siempre de forma
controlada.
Es
importante que el niño con TDAH tenga claro el horario de clase y que deberes
debe hacer cada día, para ello el docente debe escribirlo en la pizarra o
entregárselo en un papel. Estos niños tienen dificultad para recordar las cosas
por eso es necesario que lleven al día una agenda escolar y comunicados a los
padres. Puede apoyarse en un código de colores para que pueda identificar
fácilmente lo que debe hacer.
Para que
conozcan las reglas de la clase, éstas deben ser claras, y no demasiadas, y
será preciso que el docente las repita varias veces para asegurarse de que el
niño las ha entendido, además de enseñarle a respetar los turnos, compartir el
material y ser ordenado y cuidadoso con éste (durante todo el curso).
El docente
debe convertirse en aliado del niño, éste debe explicarle lo que pasa y hacerle
entender que se puede solucionar y cómo hacerlo. Puede utilizar el “juego de
roles”. No debe castigar los errores, sino utilizarlos como herramientas de
aprendizaje. Debe ser el líder, el niño con TDAH debe saber quien manda, jamás
debe negociar con él.
Ya que estos
niños necesitan de una rutina que les aporte seguridad, es preciso que se le
avise cuando empieza y termina la clase o una actividad. Además debe asegurarse
de que el niño lo tiene claro, creando así un clima agradable,
estructurado, seguro y motivador.
Intentar que
durante la clase no se hablen de temas que no tengan que ver con la lección
para no distraer la atención del pequeño. Podría organizar mini-recreos para
que mientras da la clase tenga toda su atención y no se aburra.
Es
importante que exista una relación de comunicación fluida y colaboración con
los padres, para crear efectos positivos en la conducta del niño tanto en casa
como en la escuela. En caso de que el niño esté con tratamiento es necesario el
contacto con su médico.
El docente
puede apoyarse en sus compañeros para pedir consejos y “desahogarse” ante
situaciones que no sepa controlar.
CONSEJOS A LAS FAMILIAS
La
familia supone la primera institución social en la que el niño/a debe aprender
a desenvolverse, y el papel que juega la familia en el establecimiento de
normas y hábitos de conducta es primordial.
Uno
de los primeros consejos que nos gustaría resaltar es la necesidad de que
exista una estrecha colaboración de la familia con la escuela, aunque no tengan
niño/as con problemas afectivos y/o de comportamiento.
En
la escuela, el establecimiento de normas y pautas de conductas es una acción
muy trabajada y extendida, pero en las familias, a veces, pueden darse casos de
excesiva permisividad en estos comportamientos.
Lo
ideal es que, en casa, se trabaje el establecimiento de normas. Para ello, es
necesario que el niño/a participe en esta toma de decisiones, pues al ser
sujeto implicado, será más fácil para él/la entender el por qué es necesario
establecer normas, por qué debemos cumplirlas, etc.
Por
otro lado, es también sumamente importante el trabajar las sanciones al no
cumplir dichas normas, ya que transporta al pequeño/a al mundo de las
“consecuencias” de nuestros actos: toda acción, ya sea por acción u omisión,
tiene su consecuencia.
Las
técnicas de modificación de conductas son, cada vez, más utilizadas por las
familias con el propósito de favorecer aquellas conductas deseadas y eliminar
las conductas inadecuadas.
El
refuerzo positivo, la economía de fichas, el coste de respuesta, los contratos
conductuales, suponen grandes aliados para los adultos a la hora del
establecimiento de normas para los más pequeños.
Y,
bajo nuestro punto de vista, lo más importante: la continuidad y la firmeza:
ninguna técnica dará resultado si no lo aplicamos continuamente, sin excusas,
ya que todo lo trabajado hasta ese momento será en vano.
Claro
ejemplo de este trabajo con las familias lo tenemos en el programa de
televisión “Supernanny”, conducido por Rocío Ramos-Paul, cuya línea de
intervención es cognitiva-conductual, basada en técnicas de probada eficacia.
Aquí
dejamos algunos vídeos que os pueden interesar sobre cómo aplicar estas
técnicas que hemos mencionado:
CONCLUSIÓN
Como
hemos podido ver, el tema actual es acerca de los trastornos afectivos y del
comportamiento, en cuanto al comportamiento puede ser estudiado desde dos
perspectivas diferentes que explican por qué se producen, pero además
encontramos una serie de criterios que deben cumplir las personas para que sean
consideradas con trastorno afectivo o del comportamiento.
Encontramos
en este apartado la clasificación realizada por el DSM-IV, de aquellos
trastornos por déficit de atención o comportamiento perturbador que aparecen
exclusivamente desde la infancia hasta la adolescencia. Estos son explicados y
diferenciados de los demás. Se dividen en 4 a su vez, que son:
- Trastornos
por déficit de Atención con Hiperactividad
-
Trastorno Disocial
- Trastorno
Negativista Desafiante
- Trastorno
por comportamiento perturbador no especificado
Se
hace mención a los factores responsables del comportamiento dependiendo de la
perspectiva desde la que se estudien: conductual, comunicativo o psicosocial.
Se
exponen estrategias de prevención para las escuelas en las que exista alumnado
con estas características, a los diferentes niveles en los que tenemos que
actuar (a nivel de centro, de aula y a nivel individual), y aquello que no debe
hacerse con ellos.
Mencionamos
una serie de consejos a docentes que tenemos que tener en cuenta para trabajar
y educar al alumnado que presente trastornos afectivos o comportamientos
perturbadores, pero también para las familias, que además de la orientación de
los profesionales quieran saber un poco más del trastorno que presente su
hijo/a.
Por último, encontramos un apartado en el que se incluyen enlaces que puedan ser de interés para aquellos familiares o docentes que deseen encontrar más información interesante y/o necesaria sobre este tema.
Tenemos que ser conscientes de que
con este apartado pretendemos informar acerca de este tipo de trastornos, pero
si tenemos dudas de que nuestro hijo/a o alumno/a pueda presentarlo, debemos
ponernos en contacto con los especialistas correspondientes y seguir los pasos
que nos indican, pudiendo acudir a este espacio para poder tener mayor
información o conocer aspectos que no hayan tocado en las conversaciones que
hayan podido tener.
ENLACES DE INTERÉS
“El
papel de los padres en el desarrollo y aprendizaje de los niños con trastorno
por déficit de atención con hiperactividad”. B. Roselló, R.
García-Castellar (et. al.) 2003. Revista de Neurología; 36 (Supl 1): S79-S84.
En
este artículo, varios autores hablan sobre la importancia que tienen las
familias a la hora de trabajar con niño/as con TDAH, así como un estudio
realizado sobre las aptitudes, niveles de estrés, etc. de los miembros de
familias con niños/as con TDAH. Puedes acceder al artículo on-line en el
siguiente enlace:
Guía
para familias con niño/as con trastornos de comportamiento emitida por el
Gobierno de Canarias. Guía on-line en el siguiente enlace:
Guía
para docentes sobre la actuación con familias y niños/as con conductas
disruptivas emitida por la Comunidad Autónoma de Aragón. Guía on-line en el
siguiente enlace:
Guía para docentes de niños/as con TDAH/ADHD, Departamento
de Psiquiatría y Psicología Médica, Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente,
CLINICA UNIVERSIDAD DE GRANADA. Fundación de Neuropsicología Clínica.
WebRep
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